Entrevista de Lana Del Rey para la revista Rolling Stone

12:32


Ella va hacia un lugar oscuro, al final, y no saldrá de ahí. "No sé si deberíamos seguir con esto,"Lana Del Rey dice, sentada en un sofá de color marrón suave en pequeños puntos de corte de mezclilla y una camiseta blanca con cuello en V, haciendo globos de chicle. A este punto, ella ya ha pasado unas buenas siete horas hablando conmigo. A veces, incluso parecía que iba bien. "Siento que tal vez deberíamos esperar hasta que haya algo bueno de qué hablar," continúa, en un tono aireado que se convierte en suplicante.


"¿Sabes? Desearía que hables acerca de otra persona. Tiene que haber alguien más para entrevistar. O sea, tiene que haber. Sea quien sea." Tal vez fue simplemente un shock. La marca de una pop-star como Lana Del Rey es la auto-frustración, lo ambivalente y precario. En su núcleo nublado, debajo de todo el glamour, ella es más como Cat Power o Kurt Cobain que Rihanna o Katy Perry, con una misteriosa dolencia estomacal, al igual que Kurt, que la plaga mientras está de gira. Tiene un tatuaje en la mano derecha, justo debajo del dedo meñique, echo en negro y cursiva: "No confíes en nadie". En la otra mano, "Paraíso". En una calurosa tarde sin nubes, a mediados de junio en Nueva York, en el día de lanzamiento de su tercer álbum de estudio, Ultraviolence, se abre la puerta de madera verde de la casa de la ciudad de Greenwich Village, donde se aloja. "Soy Lana, un gusto," dice, y ofrece un apretón de manos suave y una gran sonrisa blanca. Todo lo que has leído sobre ella repetidamente es probablemente algo exagerado, somando muy en serio canciones como "Sad Girl" o "Pretty When You Cry", del nuevo álbum; o algo reciente como el famoso "desearía estar muerta". Su risa, efervescente y de niña, está llegando con facilidad. Ella está muy ansiosa con el lanzamiento del álbum, sin concesiones, fantasmal, cargado de guitarras y sin hits: "Es como yo quería." Hoy lleva una camiseta con cuello en V, es azul pálido, casi igualando el pastel polaco autoaplicado en su uñas alargadas, y unos vaqueros rotos, familiares a los de una sesión fotográfica de otra revista. Ella lleva pestañas postizas, pero sin tanto maquillaje. Del Rey está a cuatro días de cumplir 29 (por razones que no puede explicar, ella había reportado ser un año más joven). Parece despreocupada. De hecho, a los 10 minutos parecía estar segura como para romper el hielo. "Así que, en una escala de 0 a 10, ¿qué tan muerta desearías estar hoy?," amplía sus grandes ojos marrones verdosos. Entonces, me responde, "¿10 es estar muerto? [...] ¡Eres muy gracioso! Hoy es un buen día." ¿Hoy escoge la vida? "Sí, hoy escojo la vida, ¡10.10!" Se hecha hacia atrás y ríe a carcajadas, ya está empezando a disfrutar de sí misma. Cuando se trata de Lana Del Rey, ¿quién puede decir algo con seguridad? Ella es un paquete desconcertante de significantes contradictorias, un misterio que ni 10.000 piezas podrían reslver. 

David Nichtern, quien la contrató para su pequeño sello independiente cuando aún estaba en la universidad, la vio como "el aspecto exterior de Marilyn Monroe con la cara interna de Leonard Cohen". Ella puede tener un gran parecido a Nico, pero es su propio Lou Reed. Es nerviosa y tímida en el escenario, pero sin miedo en sus letras ("mi vagina sabe a Pepsi-Cola"; "Yo era un ángel que busca sexo duro"). Sus vídeos virales son consistentemente concursos de identificación infestadas nostalgia, a veces es una chica buena, una chica mala, o se está besando con un hombre viejo. Ella es una superestrella del pop sin éxitos de radio reales en los
Estados Unidos, sólo un remix de su canción "Summertime Sadness", el cual nunca oyó antes de su lanzamiento. Es quizás la estrella más incomprendida y odiada de este siglo. Fue objeto de burlas en Estados Unidos, hasta de gente que nunca había escuchado nada de ella. Su temblorosa noche debut en vivo, sus ojos muertos fueron tratados como una emergencia nacional, dando debates por semanas, incluyendo a Brian Williams, que jugó a ser un crítico de música. Lanzado su debut en 2012 con Interscope Records, los comentarios escépticos no tardaron en llegar. Las canciones, sus letras, voces en múltiples capas, la producción de trip-hop. Pero con la ayuda de fuertes y cinemáticas nuevas canciones en el EP Paradise, todo se dio la vuelta: El álbum vendió más de 1 millón de copias en los Estados Unidos (y más de 7 a nivel mundial); y su canción para The Great Gatsby, "Young and Beautiful", fue certificado platino. Recientemente, ella cantó en la boda de Kanye West y Kim Kardashian. "Fue hermoso, el simple hecho de estar ahi," dice Del Rey. "Parecían muy felices." Antes, durante el almuerzo, West le había dicho que "le gustaba mucho mi forma de ser, visual y musicalmente." Del Rey aún no está dispuesta a celebrar, dice ella. "Porque con todo lo que pudo haberse sentido como algo muy dulce, siempre ha habido algo de vacío en min mundo, más allá de mi control, esto interrumpe todo lo que bueno que pasa. Nunca me sentí así como, 'Oh, esto es genial.'" 

La casa en la que Lana Del Rey se está hospedando es, supuestamente, de un "amigo": 31 años de edad, Francesco Carrozzini, un apuesto fotógrafo italiano que la lanzó a grandes revistas europeas. La casa se encuentra en la misma cuadra donde Bob Dylan se mudó con su familia en 1969; Anna Wintour vive cerca, al igual que Baz Luhrmann. En las mesas de café del segundo piso, cerca de un cuadro de Serge Gainsbourg, hay un libro llamado La Biblia Boudoir. "Sin vergüenza," Del Rey dice con una sonrisa. Ella está sentada en el sofá marrón, fumando unos cigarrillos American Spirit de Carrozzini a su manera lánguida, debajo de una enorme foto en blanco y negro de un montón de
gente delgada y desnuda. El sol del mediodía está ardiendo a través de una ventana abierta, y su cabello castaño y piel blanca brillan. "A veces me dejo llevar," dice, acerca de los cigarrillos, y termina de fumar. Ella lo hace en el escenario también - es deseo puro, no es una cosa de imagen. "Siento, a veces, que a la mitad del show necesito un cigarillo." Por ahora, dice estar soltera. En diciembre, Del Rey se separó momentaneamente de Barrie-James O'Neil, su novio de hacía más de tres años. Él es un compositor, que la hizo vivir varias fantasías. "Todo ha sido difícil," dice Del Rey. "Sí, mi vida se acaba sintiendo como un gran peso sobre los hombros." Ultraviolence, a veces, se siente como un disco que habla sobre esa ruptura, pero ella dice que es sobre relaciones pasadas. Si ella fuese el gran fraude que las personas creían que era, nunca hubiera hecho este disco. El principal productor fue Dan Auerbach, de The Black Keys, quien le ha dado la atmósfera. Grabaron gran parte del álbum en Nashville, con la banda y un micrófono de $100 dólares, con su voz de jazz y poderosa. Hay un montón de solos de guitarra, pero una de las canciones parece vagamente adaptada para la radio pop. Incluso antes de conocer a Auerbach, Del Rey sabía que quería algo muy diferente esta vez. "Este disco fue así como, 'voy a hacerlo a mi manera' [...] 'Voy a hacer exactamente lo que no se espera que haga.'" Auerbach se topó con Del Rey en Electric Lady Studios, lugar donde se estaba mezclaba el nuevo disco de Ray LaMontagne. "Honestamente, ambos nos dimos mucha confianza sin saber nada el uno del otro," dice. Después de que ella le hizo escuchar algunos de las demos en los que estaba trabajando, él se convirtió inmediatamente en un fan, pidiéndole que le dé la oportunidad de producir para ella. Pero, según Aurerbach, había mucha mierda con respecto a la discográfica. "Ellos dijeron: 'No les vamos a dar el presupuesto para alargar la grabación a menos que nos den algo listo para escuchar. Entonces les enviamos algo y lo odiaron, y estábamos así como 'Gracias, imbécil'" La historia continúa, y su sello les dijo que no podían seguir con el álbum a menos que se reúnan con el productor de Adele. "Está bien, como sea," ella les dijo. Llegó tarde a la reunión y, mientras su equipo esperaba, escucharon gran parte del disco y les encantó. "Yo había oído hablar de algunas idas y vueltas con respecto a su música," dice el jefe de Interscope, John Janick, "pero Lana es la que conoce su visión y a su público, y eso es algo que debemos tomar cono ejemplo." "Había personas que querían trabajr conmigo," dice Del Rey, "pero no sabía quiénes eran." Se sorprendían cuando les decía que "el álbum ya está terminado," y me preguntaban "¿estás segura?," ¡Sí!," les respondí, riéndome. "Con este disco, no tratamos que ella haga algo distinto," dice Jimmy Iovine de Interscope. "Todo el mundo que me decía: 'Necesitamos un single' [...] Y entonces les dije: 'No necesitamos nada' - es un disco muy coherente, y cualquier otra conversación era una distracción. [...] Lana es de esas artistas que aparecen una sola vez en la vida." El co-manager de Del Rey, Ben Mawson, le advirtió que tendría que responder por algunas de las canciones del nuevo álbum, en particular el tema que da título, el cual cita a una vieja frase de una canción de The Crystals. "Él me pegó y se sintió como un beso [...] Él me golpeó y se sintió como amor verdadero."

"Supongo que estoy sin duda atraída por personas con un fuerte aspecto físico," dice, encogiéndose de hombros. Con cualquiera de sus canciones podríamos darnos cuenta de esto. "Mi intención no es ser popular," dice, sentada en el patio trasero de la casa, que tiene un jardín compartido, donde Dylan había enfurecido a sus vecinos hace décadas tratando de poner una valla. Está tomando café caliente a través de una pajita. "No es música pop," dice ella. "Yo sólo hago lo que quiero, y espero que la gente no me cuestione por eso. [...] Me siento responsable por otro tipo de cosas. La comunidad, ser una buena ciudadana, cumplir con la ley." Pero, ¿cómo quiere que la gente interprete sus letras? "Yo no quiero que la gente las escuche," dice. "Soy muy egoísta. Hago todo para mí, o algo así. Quiero decir, cada pequeña cosa, desde la guitarra a la batería. Es sólo para mí. Quiero escucharlo, quiero conducir mientras escucho mis canciones. Quiero nadar en el océano haciendo lo mismo. Quiero pensar, y luego volver a escribir algo nuevo. ¿Sabes? No quiero que escuchen mi música y la analicen. ¡No es asunto suyo!" Pero, ¿para qué vende su música? "Yo no vendo el disco,"dice, "yo sólo cumplo con un contrato, ellos la venden. No quiero el dinero, no me podría importar menos. Yo sólo me preocupo en la música, podría hacerla de cualquier manera." Del Rey nunca ha estado en terapia. "No hay nada que nadie podría jamás decirme que yo no sepa," dice ella. "Yo sé todo acerca de mí misma. Yo sé porqué hago lo que hago. Todas mis compulsiones e intereses e inspiraciones. Estoy muy en sintonía con eso [...] No me compro coches, sólo hago discos. Antes, se sentía muy difícil, pero ahora sólo se siente como un interés más. Todo el mundo había analizado mi primer disco." Así que, ¿no quiere conquistar el mundo? "No."

Ella nació en Manhattan, pero cuando tenía un año, su familia se mudó a Lake Placid. Su padre fundó su propia empresa de muebles, entró en bienes raíces y luego se convirtió en un inversionista exitoso en los nombres de dominio web. Siempre estaba esperando para volver a la ciudad de Nueva York. La escuela era dura. El sistema educativo tradicional no estaba funcionando realmente bien para ella. A los 14, Lizzy empezó a beber y a pasar el rato con los chicos mayores. "En los pueblos pequeños, se crece rápido, no hay mucho que hacer," dice ella. "Así que pasas el rato con personas que ya se graduaron, y eso es totalmente normal. Pero simplemente no le cayó bien a mi familia." "Soy un chica triste/Soy una chica mala," canta en el nuevo álbum, pero la parte triste no llegó hasta más tarde. Ella se sentía apasionada por las bebidas, compartía botellas de melocotón y cereza licor con sus amigos. "Me sentí libre [...] A pesar de que a mí me gusta salir, creí que estaría ahí para siempre. Me veía teniendo una vida propia. No me imaginé convertirme en cantante, ni nada. Sólo quería crecer, casarme y divertirme. Tener mi propia vida, mi propio lugar." Sus padres, por su parte, querían que ella se convierta en una enfermera. "La forma en la que la secundaria trata a las personas, me parecía algo muy cruel." En una de sus primeras canciones, "Boarding School", ella hace referencia a la anorexia y canta "tuve que drogarme para acabar con el apetito". Pero ella insiste que todo eso era ficción. Un joven instructor inglés le presentó a Allen Ginsberg, Walt Whitman y Vladimir Nabokov (ella tiene tatuajes de estos dos últimos nombres en el antebrazo), además de Tupac, Notorious BIG y viejas películas como The Big Sleep." Ciertas frases en "Boarding School" y otro tema inédito, "Prom Song", llevaron los aficionados a cuestionar la naturaleza exacta de esta relación, pero Del Rey dice que no era nada inapropiado. "Él era mi amigo." Ella empezó a pensar que tal vez quería ser cantante, pero apenas se atrevía a decirlo en voz alta, sobre todo a su familia. Un verano, de vuelta en Lake Placid, se despertó enferma en la mañana, y de repente se dio cuenta que algo importante faltaba. "Perdí mi auto," dice ella, "no lograba encontrarlo. Lo perdí. Estaba enferma." Era sólo una de las muchas razones por las que mi vida era ingobernable. Yo no quiero seguir jodiendo. Y en ese momento, si yo realmente quería progresar, debía encontrar algo para hacer." Dice que no ha tenido ha bebido desde ese año, pero no voy a aclarar si ella se considera alcohólica, o si alguna vez fue a rehabilitación. "Es sólo que nunca se sabe lo que va a suceder," dice ella. "Las cosas cambian todos los días." Se había metido en una universidad de Nueva York, pero decidió no ir. Trabajó como camarera, tal como lo había hecho durante varios veranos. "Me encantó," dice, a pesar de que su madre dijo que era pésima. Su tío le enseñó algunos acordes de guitarra, y ella comenzó a cantar en micrófonos abiertos en la ciudad. En algún lugar en esa época, ella leyó un libro sobre Bob Dylan, y tomó inspiración para convertirse en artista. El próximo otoño, se matriculó en la Universidad de Fordham en el Bronx, donde se especializó en filosofía. "Yo escribí y escribí durante años [...] Tratando de averiguar lo que realmente quería hacer y quería descubrir porqué me consumía esta pasión por la escritura, de dónde vino. Me mantenía despierta toda la noche [...] Solía viajar en el metro por la noche, componiendo canciones en mi cabeza. Había algunas noches en las que sólo quería quedarme en casa y escribir. Sentí que estaba realmente capturando mi vida en forma de canción, y fue un placer. Y esa es mi vida, ¿sabes? Soy feliz, porque hago lo que quiero."

Un concurso de composición le consiguió un contrato con 5 Points Records, un sello independiente. "Yo sabía de inmediato que iba a ser una gran estrella," dice David Nichtern, jefe de dicha discográfica. "Ella misma lo sabía, y no sólo por descaro ni osadía." Nichtern la enganchó con el productor David Kahne, el hombre detrás de Sublime y Sugar Ray. Kahne era un veterano de la industria bien comunicada y ella era una niña desconocida, pero la encontró un tanto desalentadora. "Ella era misteriosa," dice Kahne. "Yo estaba confundido mucho tiempo si lo que estaba haciendo estaba bien o mal, si le gustara o no. Se sentía, un montón de veces, como que todo podría cambiar de repente." Como, por ejemplo, el nombre de Lizzy. Lana Del Rey es, dice, la misma persona - el mismo artista, incluso - como Lizzy Grant. "En realidad es sólo un nombre diferente [...] Me parecía extraño estar siempre en la misma locación geográfica, con un nombre que te dieron sin saber si lo querías realmente, y estar estudiando hasta los 24 malditos años. Era simplemente incomprensible para mí. El cambio de nombre no fue relacionado con la música. Era sólo una parte de mi vida." Para cuando ella se convirtió en Lana, 5 Points Records ya había lanzado un EP bajo su nombre de Lizzy Grant, y en iTunes la habían seleccionado como una de las mejores artistas  del 2008. A medida que iban trabajando en el álbum, ella dijo algo así como "Tengo muchas ganas de cambiar mi nombre," recuerda Nichtern. "Acabábamos llegado tan lejos con Lizzy Grant," dice, pero Del Rey había encontrado una nueva dirección, tiñó su pelo a marrón y estaba lista para seguir adelante. Terminaron todo excepto eliminar los IP de internet, lo que hizo que pareciera que estaban tratando de esconder su pasado, y luego eso causó muchas conspiración en el futuro. "No queríamos que el viejo álbum siga existiendo ya que estábamos trabajando en algo completamente nuevo," dice Mawson, su co-manager. Del Rey se fue a Londres por un mes para escribir, y creó la poética "Video Games". Ella había comenzado a hacer vídeos con iMovie, mezclando segmentos grabados con la webcam y algunos videos de YouTube: "Sólo ponía las todo junto, era como la construcción de un pequeño mundo." La gente empezó a acusarla de fraude y afirmaban que ella realmente no hizo el video. "Yo no diría que no lo hice si realmente no lo hice," y me mostró el software en su MacBook, que tiene la pantalla rota.

Yo estaba tratando de pensar en qué mierda que podíamos hacer al respecto. Lo único que se me ocurrió es que pudimos ver a un psíquico juntos. En cualquier caso, ella necesita los cigarrillos, así que nos dirigimos hacia el calor de junio. Ella está llevando unas gafas de sol de armazón de oro baratos con lentes de color melocotón. "Son tan feos," dice ella, caminando a lo largo de la calle Bleecker. "Gafas de color. Justo lo que recetó el doctor." Del Rey creció como católica, pero tiene interés por lo místico. "Definitivamente soy una persona que busca," me dice. Ella se juntó con una gurú en West Village que tenía la capacidad de ver hacia el pasado y el futuro. Pero ella salió de su órbita después de detectar algo "siniestro" sobre ella. Del Rey le pide a la gurú que hagan las lecturas juntos, pero nos quiere separar. "¿Puedo hablar con la joven a solas?," me pregunta. La salida era cada vez más inútil. Del Rey se ríe mientras regresamos a la casa, aunque quizás un poco irritada. "Vete a la mierda," dice. "Yo creía en ella. No creo que tenga tal don." La psíquica le dijo que este es su año para el amor y la felicidad. Del Rey bromea diciendo que todavía hay seis meses restantes. Ella se divertía oyendo cómo la psíquica nos decía que era espiritualmente sensible. 

Volvemos a hablar con Del Rey, soplando el humo del cigarrillo por la ventana. Finalmente hablamos sobre su antigua presentación en Saturday Night Live, algo que sigue siendo un tema peligroso. "No fue dinámica, pero sí fiel a mi estilo." Pero la reacción fue agonizante. Sintió que sus amigos se separaban de ella. "Todo el mundo sabía que de repente ya no estaba tan segura de mí misma," dice. "Eran como, 'tal vez ya no quiero estar con ella porque tiene una mala reputación.'" Le pregunto por "Ride", una canción donde ella canta acerca de sentirse como una "loca de mierda" - no es un sentimiento aislado en su catálogo. "Bueno, me siento jodidamente loca," me cuenta.
"Pero no creo que lo sea. Las personas me hacen sentir loca." Hablamos un poco sobre el "desearía estar muerta". "Me parece que la mayoría de la gente que conozco ahora piensa que quiero suicidarme," dice. Entonces, de verdad y sin previo aviso, su humor cambió. Es algo muy poderoso, palpable en la habitación, como una súbita y masiva de nubes amenazantes. Sus ojos se tornan oscuros como la frase "No confíes en nadie" Le pregunto sobre "Fucked My Way Up to the Top", una de las mejores canciones de Ultraviolence, que ataca a una supuesta imitadora. Puede ser sobre Lorde, quien criticó las letras de Del Rey, pero tienen un estilo vocal muy diferentes. La canción salió ayer, pero no quiere hablar sobre el tema. "Ahora tú estás molesto," dice ella, tratando de sonar como si estuviera bromeando. Enciende un cigarrillo, mirando miserable. Ha sido una larga y agonizante entrevista sobre su relación con la prensa. "Puedo encontrar la naturaleza de las preguntas difíciles [...] Porque no es como si fuera una banda de rock y estás preguntando acerca de cómo todo se hace y lo que es cantar en arenas y cuáles son las chicas que les gusta. A mí me preguntan sobre mi padre, sobre mi salud mental. Es todo jodidamente personal. Y hay preguntas muy negativas así como, ¿Saturday Night Live?, ¿te quieres morir?... Soy una chica sensible, ¿sabías?"

Ahí es cuando ella dice que no quiere estar en la portada de Rolling Stone nunca más. También me dice, "lo que escribas no me importa, nada va a cambiar la mentalidad de los que me odian [...] Golpeaste todos mis puntos débiles. Me estás preguntando justamente lo que no quiero responder." Intento convencerla pero todo empeora. Del Rey se pone de pie, con un gesto de "es hora de irse". "Yo soy así y siempre lo he sido, dice, mientras camina. "Esto no nos lleva a ninguna parte, estoy incómoda. Pero no tiene nada que ver contigo." Al salir, trato de convencerla de que su crisis de confianza con la entrevista no es gran cosa. Es, una vez más, lo que no debía decir. "No es una crisis de confianza, no lo es," me dice, de pie en la puerta. "Yo tengo confianza en mí misma." Sus ojos se iluminan con dolor y orgullo. "Realmente lo soy." Se despide, y cierra la puerta.

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